Los viajes a la REGIÓN CENTRAL de Alaska suelen comenzar en Anchorage, ciudad más grande del país y punto de partida de la aventura. Una ciudad en la que viven más de 1500 alces y unos 300 osos negros y grizzlies es el lugar perfecto para comenzar a explorar este territorio. A partir de Anchorage,dos lugares son completamente imprescindibles en cualquier itinerario, el parque nacional de Denali y la península de Kenai. El parque nacional de Denali, con el majestuoso y único pico Denali (anteriormente McKinley), la montaña más alta de Norteamérica, es uno de los lugares más bellos de todo el continente. Las vistas desde la carretera que se interna en el parque son realmente sublimes y las posibilidades de observación de fauna magníficas, pues al no estar permitida la circulación con vehículos privados y siendo solo posible en los autobuses oficiales del parque, la fauna ve su espacio totalmente inalterado y la observación de los animales más representativos de la fauna terrestre de Alaska como los imponentes osos grizzlies, los alces, las grandes manadas de caribúes, los lobos o los carneros de Dall….está casi garantizada. En cuanto a la península de Kenai, se la conoce como el “Alaska Playground”, ¿por qué? Porque en su interior aglutina todas las bellezas y actividades en la naturaleza posibles que hacen de Alaska un lugar tan especial…espectaculares avistamientos de grizzlies, travesías en canoa de ríos y lagos, rutas de trekking atravesando tundra, bosques y montañas, navegaciones para admirar la más impresionante fauna marina, glaciares imponentes, reminiscencias de la herencia cultural rusa y mucho más… En dicha península de Kenai se encuentra Seward, punto de partida o llegada de la mayoría de cruceros y base imprescindible para explorar el magnífico Kenai Fjords National Park, dónde disfrutar las rutas de trekking junto al glaciar Exit y las navegaciones por la neblinosa e intrigante Resurrection Bay donde admirar tanto los glaciares como los grupos de orcas, focas, ballenas y nutrias marinas que pueblan sus aguas. Junto a estos destinos “imprescindibles”, si nos pedís nuestra opinión, hay 3 lugares que verdaderamente te roban el corazón y te hacen sentir la belleza más auténtica, salvaje y solitaria de la Última Frontera. Por una parte Valdez, con su bahía rodeada de montañas en el corazón del Prince William Sound, cuyas vistas al amanecer desde el ferry son una maravilla y cuyo único acceso por carretera, la parte sur de la Richardson Highway agotará las baterías de vuestras cámaras. Por otra parte la isla de Kodiak, uno de los lugares más salvajes de la Alaska “habitada” y dónde realizar preciosas rutas de senderismo a lo largo de paisajes costeros casi mágicos y buscar a los impresionantes osos Kodiak, subespecie de los grizzlies, que son el carnívoro terrestre más grande del mundo junto con los osos polares. Y el tercer destino, inolvidable, es el parque nacional Wrangell-St.Elias, posiblemente nuestro lugar favorito en Alaska. Es un lugar realmente aislado y muy pocos afortunados lo visitan cada año, pues sólo se puede llegar a él mediante un inolvidable sobrevuelo en avioneta de la cordillera Wrangell y los glaciares o recorriendo la McCarthy Road, carretera de grava prohibida a la gran mayoría de vehículos que se pueden alquilar en Alaska. En Wrangell el alojamiento se realiza en la pequeña villa de McCarthy o en la idílica aldea minera de Kennecott, un lugar dónde descubrir la vieja mina de cobre o hacer rutas de trekking hasta el cercano glaciar Root, que con el equipamiento necesario (crampones y un guía autorizado), podréis recorrer y maravillaros con sus lagos, cascadas y paredes de hielo de todos los tonos de blanco y azul imaginables. Seguro que este área os robará el corazón como nos lo ha robado a nosotros.